Faqs

¿Cual es la diferencia 
entre psiquiatría y psicología?

La psiquiatría y la psicología 
son disciplinas relacionadas con la salud mental, 
pero tienen diferencias en cuanto a formación, 
enfoque 
y tratamientos que ofrecen:

Psicología

Formación:

Un psicólogo estudia una licenciatura 
en Psicología y, si se especializa en salud mental, 
puede realizar una maestría o doctorado 
en áreas clínicas, educativas, 
organizacionales, entre otras.


Enfoque:
Se centra en el estudio 
del comportamiento humano, los procesos mentales, 
las emociones 
y la conducta.

Tratamientos:
Utiliza principalmente terapia psicológica 
o psicoterapia (como la terapia 
cognitivo-conductual, psicoanálisis, etc.).


No puede recetar medicamentos.


Psiquiatría

Formación:

Un psiquiatra es un médico, 
primero estudia medicina 
y luego se especializa en psiquiatría.


Enfoque:
Aborda los trastornos mentales 
desde una perspectiva Bio-psico-social 
biológica, psicológica y social.


Tratamientos:
Puede utilizar medicación psicotrópica 
(antidepresivos, ansiolíticos, antipsicóticos, etc.), 
además de psicoterapia 
si está capacitado para ello.


Sí puede recetar medicamentos.

¿En qué casos 
se necesita tomar medicación?

En el contexto de la salud mental, 
la medicación puede ser 
necesaria en varios casos, 
dependiendo del diagnóstico, 
la gravedad de los síntomas 

y la respuesta del paciente a otras formas 
de tratamiento (como la psicoterapia). 
A continuación se detallan algunos 
de los casos más comunes 
en los que se suele indicar el uso 

de medicación:

1. Trastornos del estado de ánimo.
Depresión mayor: 
cuando los síntomas son graves, 
persistentes 
o no mejoran solo con terapia.

Trastorno bipolar: se suelen utilizar 
estabilizadores del ánimo, 
antipsicóticos o antidepresivos 
(con precaución).


2. Trastornos de ansiedad.
Trastorno de ansiedad 
generalizada, pánico, 
fobia social, 
trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): 

si los síntomas interfieren 
significativamente 
con la vida diaria 
o no responden a la terapia 
cognitivo-conductual.


Se suelen usar ansiolíticos 
(como benzodiacepinas, a corto plazo) 
o antidepresivos (ISRS, a largo plazo).


3. Trastornos psicóticos.
Esquizofrenia, 
trastorno esquizoafectivo, trastorno delirante: 
requieren casi siempre tratamiento 
con antipsicóticos para controlar alucinaciones, 
delirios o desorganización 
del pensamiento.


4. Trastornos neurocognitivos 
o del desarrollo
.
TDAH 
(trastorno por déficit de atención 

e hiperactividad): se indica medicación 
(como estimulantes) en muchos casos, 
especialmente cuando afecta 
el rendimiento académico o social.

Autismo: 
en algunos casos se utilizan fármacos 
para tratar síntomas asociados 
como irritabilidad, ansiedad 
o hiperactividad.


5. Trastornos de la alimentación.
En casos de bulimia nerviosa 
o trastorno por atracón, 
se pueden usar antidepresivos.

En la anorexia, el uso es más limitado, 
pero puede ser útil en comorbilidades 
como depresión o ansiedad.


6. Trastorno de estrés 
postraumático (TEPT)
.
A veces requiere antidepresivos 
u otros medicamentos para manejar 
los síntomas de intrusión, 
hipervigilancia o insomnio.


7. Casos de urgencia o crisis.
Cuando hay riesgo de suicidio, 
agresividad, psicosis aguda 
o agitación severa, se puede indicar 
medicación de forma inmediata 
y temporal para estabilizar al paciente.


8. Comorbilidades.

Cuando hay más de un trastorno 
al mismo tiempo (ej. depresión y ansiedad), 
la medicación puede ser clave 
para mejorar el pronóstico.

¿Es la medicación adictiva?
La medicación psiquiátrica 
puede ser adictiva 

en algunos casos, 
pero no toda la medicación 
psiquiátrica lo es. 
Depende del tipo de fármaco, 

su mecanismo de acción 
y cómo se use. 

Aquí te explico 
los principales tipos:


Medicamentos 
con potencial adictivo:

Benzodiacepinas (ej. diazepam, 
lorazepam, alprazolam):

Usadas para la ansiedad o insomnio.
Sí pueden causar dependencia, 
sobre todo si se usan a largo plazo 
o sin supervisión.

Retirarlas de forma brusca 
puede provocar síntomas de abstinencia.

Estimulantes 
(ej. metilfenidato, anfetaminas 

para el TDAH):


Pueden tener potencial de abuso, 
especialmente si se usan en dosis altas 
o sin receta.
 En pacientes con TDAH 
bajo control médico, 
el riesgo de adicción es bajo.


Medicamentos con bajo 
o nulo riesgo de adicción:


Antidepresivos 
(ej. sertralina, fluoxetina, escitalopram):

No generan adicción en el sentido clásico.
Pero pueden causar síndrome 
de discontinuación 
si se interrumpen bruscamente.


Antipsicóticos 
(ej. olanzapina, risperidona, quetiapina):

No provocan adicción física.
Pero pueden tener efectos secundarios 
y deben ser retirados de forma gradual.

Estabilizadores del estado de ánimo 
(ej. litio, valproato, lamotrigina):

No son adictivos.
Necesitan control médico regular 
por posibles efectos secundarios.


Conclusión:
Algunos psicofármacos 
pueden causar 
dependencia si no se usan 
adecuadamente.
 La mayoría, 
cuando se toma bajo 
supervisión médica, no es adictiva.

Nunca suspendas ni modifiques 
la medicación sin hablar 
con tu psiquiatra.

¿Durante cuánto tiempo 
se tiene que tomar 
el tratamiento psiquiátrico?


La duración del tratamiento 
psiquiátrico 
varía según varios factores, 
como el diagnóstico 

específico, la gravedad de los síntomas, 
la respuesta al tratamiento 
y la situación individual 

de cada persona. 
A continuación te doy una guía general 
según los trastornos más comunes:

1. Depresión.
    Episodio leve a moderado (primero): 
6-12 meses después de la mejoría completa.

Episodios recurrentes: 
Puede requerirse tratamiento por años 
o de forma indefinida.

Objetivo: 
Prevenir recaídas 
y mantener la estabilidad.


2. Trastorno bipolar.
Tratamiento de mantenimiento: 
Generalmente es a largo plazo 
o de por vida.


Medicamentos comunes: 
Estabilizadores del ánimo como el litio, 
valproato o lamotrigina.

3. Esquizofrenia. 
u otros trastornos psicóticos.

Fase aguda: 
Varios meses.

Mantenimiento: 
Generalmente de por vida 

para prevenir recaídas graves.
En casos leves 
o con un solo episodio:
 

El tratamiento puede 
reducirse cuidadosamente 

tras varios años sin síntomas, 
pero esto se evalúa 
caso por caso.


4. Trastornos de ansiedad. 
(trastorno de pánico, 
ansiedad generalizada, etc.)


Tratamiento típico: 
De 6 meses a 1 año tras 
la remisión de los síntomas.

Terapia psicológica 
(como la cognitivo-conductual) 

también puede reducir 
la duración necesaria 

del tratamiento farmacológico.

5. Trastorno obsesivo-compulsivo 
(TOC).

Duración recomendada: 
Al menos 1 año tras la mejoría. 
En casos graves o crónicos, 
puede ser indefinido.

Se combina con terapia conductual 
para mejores resultados.

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